Al realizar la selección de los documentos, nos encontramos ante una gran cantidad de manuscritos e impresos que reunían las condiciones necesarias para formar parte de la muestra, por lo que hubo que hacer una cuidada elección que, finalmente, se tradujo en casi un centenar de documentos que, en su momento, fueron y aún hoy siguen siendo de gran trascendencia para la historia de la Compañía de Jesús desde su fundación en el siglo XVI, hasta su expulsión en el siglo XVIII.

Desde un punto de vista bibliográfico, entre las obras seleccionadas del Fondo Antiguo, hay ejemplares raros por su singularidad, o preciosos por la calidad de sus grabados, xilográficos y calcográficos, en muchas ocasiones firmados por sus artífices, o por las bellas encuadernaciones con hierros y cierres metálicos.

Respecto a la procedencia o historia de los antiguos poseedores de los documentos, habría que resaltar que la gran mayoría perteneció a las Casas y a los Colegios jesuíticos españoles: Colegios de Medina del Campo y de Monforte y sus respectivas Librerías, Biblioteca Teológica de la Provincia de León, Bibliotecas de Azcoitia, Palencia o Murcia, de la Casa de Ejercicios de Loyola, de la Facultad de Teología de Oña, del Noviciado de Madrid, de la Casa de Escritores Villa San José, de la Casa de Probación de Salamanca, del Seminario Menor de Carrión, del Seminario Menor y de la Biblioteca de Padres de Comillas, o europeos como Oporto, Marneffe, Maastricht, Besançon o Roma; a la antigua Asistencia de España o a los fondos de la redacción de El siglo de la misiones y de la editorial Razón y Fe.

Se da algún caso en el que figura una pertenencia anterior a otra orden religiosa, concretament eun impreso que procede de la Cartuja de Buxheim, en Baviera, o a particulares que han dejado sus exlibris escritos a mano o adheridos a los libros, incluso con el escudo nobiliario correspondiente, como el exlibris del príncipe albanés de origen vasco Alladro Kastriotit.

Junto a la exposición bibliográfica, se puede contemplar una interesante selección de grabados e ilustraciones manuscritas, escogidos de los ejemplares expuestos, cuyo tema iconográfico central es el anagrama de la Compañía de Jesús.

Ignacio de Loyola y la Compañía de Jesús

Desde que el P. Diego Laínez escribe la larga Epístola, primera biografía del Fundador (Bolonia, 1547), al Secretario de la Compañía, J.A. de Polanco, la persona de Ignacio de Loyola se ha convertido en una de las que más interés y curiosidad históricas ha despertado en la literatura "de personaje".

Este vasco universal atrajo la atención de admiradores y detractores, que todavía buscan dar razón del porqué de su Compañía, uno de los proyectos más influyentes en el Humanismo europeo.

La enseñanza jesuítica

Fundados para discurrir por todo el mundo, los Jesuitas cayeron pronto en la cuenta del enorme valor de las instituciones educativas para la evangelización. Inspirado en el modus parisiensis que los primeros Jesuitas aprendieron en París, y aprobado definitivamente por el V General de la Compañía, P. Claudio Acquaviva, el gran documento Ratio Studiorum (1599), se convirtió pronto en el gran paradigma educativo de la enseñanza europea hasta, casi, nuestros días.

Tiempos de controversia

Fundados para discurrir por todo el mundo, los Jesuitas cayeron pronto en la cuenta del enorme valor de las instituciones educativas para la evangelización. Inspirado en el modus parisiensis que los primeros Jesuitas aprendieron en París, y aprobado definitivamente por el V General de la Compañía, P. Claudio Acquaviva, el gran documento Ratio Studiorum (1599), se convirtió pronto en el gran paradigma educativo de la enseñanza europea hasta, casi, nuestros días.

La Compañía de Jesús, semilla de evangelización

A las Indias o a los turcos, la Compañía de Jesús nació con una irrenunciable vocación misionera para llegar allí donde otros no alcanzaban. Astrónomos y matemáticos; filólogos, físicos o filósofos..., a veces sospechosos de demasiado "mundanos" y dialogantes, los Jesuitas supieron aprovechar toda disciplina y saber humano para realizar un anuncio fecundo e inculturado del Evangelio. Nada es profano para quien sabe mirar.

Expulsión

De España, de México, de Filipinas, de Perú, de Paraguay, de Chile, de Ecuador, de Santa Fe (Colombia), más de 5000 Jesuitas fueron expulsados de sus misiones y residencias por la autoridad de la pragmática de Carlos III, firmada el 20 de febrero de 1767 y ejecutada a primeros de abril. ¿Por qué? Dependiendo del punto de vista que se adopte, las respuestas pueden ser hasta contradictorias.

La expulsión escribió uno de los episodios más enigmáticos, también más tristes y apasionantes, de la agitada historia de la Compañía de Jesús.