La celebración del primer centenario del restablecimiento de la Compañía fue preparada con siete años de antelación por el P. General Francisco Javier Wernz (1842-1914). En una carta a toda la Compañía, fechada el 8 de septiembre de 1907, exhortaba a dar gracias a Dios por el beneficio de la restauración, a renovar el espíritu de San Ignacio y a dar vitalidad a los ministerios.
Para ayudar a la celebración del primer centenario proponía la publicación de un libro que resumiera las actividades de la Compañía durante todo el siglo, y la elaboración en cada provincia de un compendio histórico de sus actividades. La propuesta del P. General se realizó en el Liber saecularis Societatis Iesu del P. Peter Albers, que resume las actividades de la Compañía durante todo el siglo; y la Sinopsis Historiae Societatis Iesu (Ratisbona 1914, reeditada en 1950).
En las provincias de lengua española se publicaron con ese motivo las historias del P. Lesmes Frías (Provincia de España, Provincia de Castilla, y años más tarde la Historia de la Asistencia Moderna de España), del P. Enrique del Portillo (Provincia de Toledo), Gerard Decorme (Provincia de México), Pablo Hernández (Misión de Chile-Paraguay).
Entre los escritores extranjeros destaca el P. Joseph Burnichon. La Historia de la Compañía se había centrado hasta entonces en la Compañía Antigua (hasta la expulsión de 1773), gracias al impulso del P. Luis Martín (1846-1906) y la publicación de Monumenta Historica S. I.
Las publicaciones del primer centenario de la restauración iniciaron los estudios históricos sobre la Compañía restaurada. Por eso el argumento de estas publicaciones no se centra tanto en el momento de la restauración de 1814, sino en el desarrollo de la Compañía restaurada a lo largo de todo el siglo.
En la Universidad de Comillas, la revista Unión Fraternal, nº 31 (agosto de 1914) da la noticia de que el Nuncio Ragonesi viene a conferir órdenes el 25 de junio. Recibido bajo palio, imparte 28 ordenaciones. Por la tarde hubo academia sobre El centenario del restablecimiento de la Compañía. Lujoso programa, en el que poetas y oradores estuvieron a gran altura. Se ejecutaron varias piezas de música. Entre ellas y para coronar la academia, el coro a seis voces sobre la melodía de la Marcha de San Ignacio de Loyola compuesta para la Conmemoración por el P. Nemesio Otaño.