Íñigo fue el último de los trece hijos, ocho varones y cinco mujeres, de don Beltrán Yáñez de Loyola y doña Marina Sáenz de Licona.
Pertenecía a uno de los linajes de los llamados Parientes mayores (señores feudales) de Guipúzcoa: por línea paterna, la unión de dos casas nobles, Oñaz y Loyola, y por línea materna la casa azcoitiana de Balda.
Íñigo nació en la casa-torre de Loyola, fortaleza familiar de estilo gótico-mudéjar. Su padre fue caballero al servicio de Enrique IV de Castilla, Juan II de Navarra y Aragón y los Reyes Católicos, participando a favor de estos en la guerra de sucesión al trono castellano; murió en 1507. Su madre debió de morir antes de 1508.
Hacia 1506 Ignacio se trasladó a Arévalo, a la casa de don Juan Velázquez de Cuéllar, el contador mayor de los Reyes Católicos, con el fin recibir una educación y ser empleado en la Corte. La esposa de don Juan Velázquez era doña María de Velasco, cuya madre era pariente de la de Íñigo.
Vivían en el palacio real de Juan II, enriquecido con muchos objetos adquiridos en la almoneda de los bienes de Isabel la Católica († 1504): objetos de capilla, libros, tapices, perlas y joyas.
Doña María de Velasco entabló amistad con Germana de Foix, segunda esposa de Fernando el Católico, con lo que los reyes visitaron Arévalo en varias ocasiones.
Íñigo permaneció allí unos once años, siendo educado al estilo caballeresco junto a los hijos del contador y acompañando sus estancias en otras ciudades castellanas. Pero, a la muerte de Fernando el Católico, se generó una disputa sobre la villa de Aréval y Juan Velázquez murió poco después, en 1517; ambas causas truncaron la posibilidad de Íñigo de ser colocado en la corte. Fue entonces a servir al II duque de Nájera, don Antonio Manrique de Lara, virrey de Navarra. Al servicio de éste acudió a defender Pamplona, asediada por tropas francesas, y fue herido gravemente en una pierna el 20 de mayo de 1521. Fue trasladado a su casa natal en Loyola.
Contexto histórico
Íñigo de Loyola nació en un mundo que pasaba de la Edad Media a la Moderna. En 1491 entraba en su última fase la guerra de Granada, y el mapa de la tierra cambiaba a partir del descubrimiento de América en 1492.
La crisis sucesoria en la corona de Castilla desde la muerte del príncipe Juan (1497) dio lugar a gran inestabilidad política a partir del fallecimiento de la reina Isabel (1504) dejando como sucesora a su hija Juana. Tras las regencias de Fernando el Católico y de Cisneros, llegó el tiempo de Carlos I, proclamado rey de Castilla y Aragón en 1516, y que logró la elección al trono del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V en 1519
Castilla se levantó en la Guerra de las Comunidades en 1520 y, poco después de la derrota de éstas en Villalar, Íñigo de Loyola defendió la fortaleza de Pamplona frente a las tropas francesas de Francisco I.
Es también el tiempo en que se asienta el humanismo en la cultura española, así como las corrientes observantes en las órdenes religiosas. Se difunde la Devotio Moderna, con las primeras traducciones castellanas de La Imitación de Cristo, que por entonces se atribuía a Gerson.
Mª Jesús Fernández Cordero