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CIC LAB

Investigación


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El CIC LAB es el laboratorio de investigación de la Cátedra de Industria Inteligente, creado en 2019. El objetivo del CIC LAB es canalizar todo el talento que hay en la escuela (ETSI-ICAI) hacia retos reales de la industria, que nos proponen las empresas patrono de la cátedra. Este entorno no solo fomenta la innovación, sino que también promueve la colaboración interdisciplinaria, donde ingenieros y profesionales trabajan codo a codo para resolver retos reales. 

Además, el CIC LAB se convierte en un semillero de talento, donde los estudiantes aplican sus conocimientos teóricos en proyectos prácticos, adquiriendo una experiencia valiosa, que les prepara para enfrentar los futuros desafíos del ámbito empresarial una vez se incorporen al mercado laboral.

La sinergia entre el ámbito académico y el industrial en el CIC LAB permite la creación de soluciones eficientes y sostenibles, contribuyendo a mejorar la competitividad de las empresas españolas, estableciendo además un valioso mecanismo de acercamiento entre universidad y empresa. Por lo tanto, el CIC LAB se podría definir como un punto de encuentro entre universidad, industria y estudiantes, en el que se consigue:

• Canalizar el talento estudiantil de la universidad hacia la creación de valor para la industria.

• Proveer a los alumnos con formación en la vanguardia de las técnicas y tecnologías que están revolucionando la sociedad.

• Importar/ampliar conocimiento para transferirlo mediante programas de formación o proyectos aplicados.

El CIC LAB es una iniciativa que se desarrolla a lo largo de todo el curso académico, aunque en verano se desarrolla de forma más intensa, ya que los estudiantes becados dedican aproximadamente 25 horas semanales, lo que permite acelerar el ritmo de los proyectos. Este campus de verano representa una parte importante de la actividad de investigación. No obstante, hay líneas de trabajo de más recorrido que también empiezan a dar sus frutos, notablemente en forma de publicaciones científicas.

Como en años anteriores, el campus de verano involucró a los estudiantes en la resolución de retos reales planteados por las empresas patrono de la Cátedra de Industria Inteligente. Durante ocho semanas intensivas, los participantes tuvieron la oportunidad de trabajar en equipo y aplicar sus conocimientos a problemas reales de la industria. Además, algunos de los equipos pudieron visitar las instalaciones de las empresas que proponían sus retos, con el objetivo de que pudiesen conocer mejor el funcionamiento y organización de los procesos productivos en los que su reto estaba involucrado.

Los alumnos perciben en el CIC LAB como una oportunidad única para aplicar sus conocimientos a problemas reales y desarrollar habilidades clave en investigación y pensamiento crítico. Además, por el diseño del campus, tienen la oportunidad de interactuar con expertos en la materia y ampliar (o estrenar) su red de contactos profesionales durante sus estudios. Al final del programa, tanto por el trabajo en su reto como por las dinámicas de colaboración y compartición de desarrollos y resultados entre grupos, los alumnos adquieren una comprensión profunda de la industria y desarrollan habilidades clave en la resolución de problemas y la innovación.

En la pasada edición de 2024, se contó con el mayor número de estudiantes involucrados, ya que fueron 45 los alumnos que trabajaron en los 8 retos propuestos por las empresas patrono, junto a otros 5 proyectos promovidos por la Cátedra de Industria Inteligente.

Los alumnos participantes destacan del CIC LAB el trabajo “hand to hand” con empresas; el contacto estrecho con reconocidos profesionales del mundo laboral; el trabajo cooperativo con el resto de los compañeros procedentes de distintos cursos y titulaciones; la oportunidad de aprender conceptos que luego aplican directamente en sus proyectos; aportar valor en proyectos de actualidad; así como el excelente liderazgo de Álvaro López López, investigador principal de la Cátedra de Industria Inteligente y creador de esta iniciativa.

Cátedra de Industria Conectada

El CIC LAB es el laboratorio de investigación de la Cátedra de Industria Inteligente, creado en 2019. El objetivo del CIC LAB es canalizar todo el talento que hay en la escuela (ETSI-ICAI) hacia retos reales de la industria, que nos proponen las empresas patrono de la cátedra. Este entorno no solo fomenta la innovación, sino que también promueve la colaboración interdisciplinaria, donde ingenieros y profesionales trabajan codo a codo para resolver retos reales. 

Además, el CIC LAB se convierte en un semillero de talento, donde los estudiantes aplican sus conocimientos teóricos en proyectos prácticos, adquiriendo una experiencia valiosa, que les prepara para enfrentar los futuros desafíos del ámbito empresarial una vez se incorporen al mercado laboral.

La sinergia entre el ámbito académico y el industrial en el CIC LAB permite la creación de soluciones eficientes y sostenibles, contribuyendo a mejorar la competitividad de las empresas españolas, estableciendo además un valioso mecanismo de acercamiento entre universidad y empresa. Por lo tanto, el CIC LAB se podría definir como un punto de encuentro entre universidad, industria y estudiantes, en el que se consigue:

• Canalizar el talento estudiantil de la universidad hacia la creación de valor para la industria.

• Proveer a los alumnos con formación en la vanguardia de las técnicas y tecnologías que están revolucionando la sociedad.

• Importar/ampliar conocimiento para transferirlo mediante programas de formación o proyectos aplicados.

El CIC LAB es una iniciativa que se desarrolla a lo largo de todo el curso académico, aunque en verano se desarrolla de forma más intensa, ya que los estudiantes becados dedican aproximadamente 25 horas semanales, lo que permite acelerar el ritmo de los proyectos. Este campus de verano representa una parte importante de la actividad de investigación. No obstante, hay líneas de trabajo de más recorrido que también empiezan a dar sus frutos, notablemente en forma de publicaciones científicas.

Como en años anteriores, el campus de verano involucró a los estudiantes en la resolución de retos reales planteados por las empresas patrono de la Cátedra de Industria Inteligente. Durante ocho semanas intensivas, los participantes tuvieron la oportunidad de trabajar en equipo y aplicar sus conocimientos a problemas reales de la industria. Además, algunos de los equipos pudieron visitar las instalaciones de las empresas que proponían sus retos, con el objetivo de que pudiesen conocer mejor el funcionamiento y organización de los procesos productivos en los que su reto estaba involucrado.

Los alumnos perciben en el CIC LAB como una oportunidad única para aplicar sus conocimientos a problemas reales y desarrollar habilidades clave en investigación y pensamiento crítico. Además, por el diseño del campus, tienen la oportunidad de interactuar con expertos en la materia y ampliar (o estrenar) su red de contactos profesionales durante sus estudios. Al final del programa, tanto por el trabajo en su reto como por las dinámicas de colaboración y compartición de desarrollos y resultados entre grupos, los alumnos adquieren una comprensión profunda de la industria y desarrollan habilidades clave en la resolución de problemas y la innovación.

En la pasada edición de 2024, se contó con el mayor número de estudiantes involucrados, ya que fueron 45 los alumnos que trabajaron en los 8 retos propuestos por las empresas patrono, junto a otros 5 proyectos promovidos por la Cátedra de Industria Inteligente.

Los alumnos participantes destacan del CIC LAB el trabajo “hand to hand” con empresas; el contacto estrecho con reconocidos profesionales del mundo laboral; el trabajo cooperativo con el resto de los compañeros procedentes de distintos cursos y titulaciones; la oportunidad de aprender conceptos que luego aplican directamente en sus proyectos; aportar valor en proyectos de actualidad; así como el excelente liderazgo de Álvaro López López, investigador principal de la Cátedra de Industria Inteligente y creador de esta iniciativa.

Ciberseguridad

La ciberseguridad es quizás el principal inductor de percepción de riesgo a la hora de conectar activos físicos entre sí y a internet para digitalizarse. De hecho, aparece como una cuestión central a tener en cuenta en la Industria Conectada. Desde la Cátedra, hemos impulsado la definición de un estándar gráfico para la representación de la actividad en sistemas de control industrial (conversión de logs a formato gráfico) que pretende permitir el empleo de técnicas de visión artificial y deep learning para el análisis de la ciberseguridad. A continuación, mostramos un extracto de un informe elaborado por el alumno colaborador en estas cuestiones, Jorge Buil García, del Doble Máster en Ingeniería Industrial y Modelado de Sistemas de Ingeniería durante el curso 2017-2018 en el que se presenta con más detalle esta propuesta:

  • Para poder estar protegidos, actualmente se dispone de los llamados Security Operation Centers (SOCs), que se encargan de la supervisión de la seguridad en las operaciones. Dentro de estos, uno de sus principales elementos es el Security Information and Event Management (SIEM), que se encarga de monitorear la red, que engloba a todos los sistemas, en búsqueda de cualquier comportamiento anómalo y peculiar que pudiera ser el indicio de una amenaza. Estos SIEM se encargan de procesar los logs (registros de los eventos de cualquier suceso que ocurra en la red) para extraer las relaciones entre los datos, definir un conjunto de reglas prestablecidas y así sacar niveles de alerta. Estos niveles, junto con la información de los logs procesada, después se enviarían a un conjunto experto de analistas que se encargarían de verificar la información y, en función de eso, establecerían medidas de seguridad
  • Los logs se pueden obtener y visualizar mediante diferentes programas. Entre los más conocidos, tanto por su potencial como por ser de código abierto, encontramos el wireshark.
  • Hay que tener en cuenta las dificultades que este entorno presenta para cualquier persona que se encargue de revisar y analizarlo. Pero ya no sólo para personas, sino también para las propias técnicas de machine learning, si se quiere trabajar con los datos ya interpretados y no con la codificación en hexadecimal que es como se guarda por defecto. La aparición de todos esos campos, así como la diversidad de los caracteres que los forman, llevan a una situación de alta complejidad.
  • Para contribuir a la mejora en este dominio, desde la Cátedra de Industria Conectada hemos trabajado en un estándar gráfico que permitiría el análisis de estos logs, con toda la información ya interpretada, de manera que además de poder ser procesado por analistas pueda ser utilizado en un módulo de machine learning
  • Para ello, hemos hecho principalmente hincapié en tres aspectos: 1) que las nuevas imágenes estén formadas a partir de información ya estructurada, 2) que su disposición y su estructura permita un doble enfoque de cara a técnicas de aprendizaje autónomo, tanto por la parte de análisis numérico (las imágenes en definitiva son matrices de píxeles y, por tanto, un conjunto de números), como por la parte de técnicas de deep learning aplicadas al tratamiento de imágenes; y 3) que podamos respetar el máximo de la información ya interpretada dentro de las imágenes para, dado el caso, poder recurrir a ella sin necesidad de retroceder al log original.
  • Con nuestra propuesta queremos contribuir a facilitar el trabajo de los analistas a la hora de revisar información estructurada en un formato visual, que se puedan aplicar tecnologías para el análisis de datos y además explorar técnicas de deep learning para el tratamiento de imágenes. Todo esto con el propósito de potenciar la ciberseguridad en esta nueva era de la Industria 4.0.

Analítica avanzada para la mejora de la eficiencia operativa

A día de hoy, existen pocas dudas sobre el papel central de los datos en el escenario de la digitalización de la industria en particular y de la sociedad en general. Es habitual oír a consultores tecnológicos hacer referencia a ellos como “el petróleo del siglo XXI”, y de hecho muchas empresas empiezan a observar su importancia casi al mismo nivel que el de los propios activos físicos.

Por su transversalidad, ya que afecta tanto a negocios B2B (especialmente) como a B2C, desde la Cátedra hemos impulsado esta línea de investigación orientada a analizar el potencial de mejora de la operación usando la analítica avanzada de los datos disponibles como palanca.

En el marco de esta línea de investigación, entre otras actividades, se desarrolló el Trabajo de Fin de Máster de Ana Carrasco Fonseca, alumna del Máster en Ingeniería Industrial durante el curso 2017-2018. En este trabajo se exploró la posibilidad de predecir fallos en transformadores de distribución en base al histórico de operación de los mismos. A continuación, se muestra un informe realizado por la alumna durante la realización de este proyecto en el que se revisaban cuestiones relacionadas con el mantenimiento de este tipo de equipos.

  • Los activos de las empresas envejecen, mientras que los procesos de sustitución de los mismos permanecen limitados tanto por los recursos económicos como por los humanos. Es por esto que uno de los grandes desafíos que se plantean en la actualidad es el desarrollo de un método que asista en la determinación de los activos más críticos, cuya condición precise de tareas de mantenimiento.
  • En este sentido, el aumento de la capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos de los sistemas actuales ha permitido la monitorización constante de los equipos, lo que ha dado paso a estrategias de mantenimiento predictivo. Estas se basan en la detección de indicadores de fallo de los equipos que sugieren que estos requieren labores de mantenimiento. Para ello, es necesario determinar qué variables físicas influyen en la condición de los equipos. Sin embargo, en muchas ocasiones estas variables no son evidentes, por lo que se precisan nuevas técnicas de análisis de datos, que podrían englobarse en el ámbito del célebre big data.
  • A continuación, se detalla el proceso a seguir para elaborar un modelo de mantenimiento predictivo.
  • Todo proyecto de análisis de datos comienza con la detección de un problema de negocio que se desea resolver, en este caso la implantación de una estrategia de mantenimiento predictivo a través de la monitorización y análisis de variables representativas del estado y operatividad de los equipos. Una vez definido el problema que se pretende solucionar, se procede a identificar las fuentes de datos y construir la base de datos del proyecto. El siguiente paso es la limpieza de los datos disponibles y la extracción de características relevantes. Esta es una de las fases más importantes del proceso ya que la capacidad real de predicción del modelo depende de la calidad de los datos en que se base. En esta etapa se deben llevar a cabo tareas como la conversión del formato de los datos recogidos a un formato compatible con la herramienta de análisis que se va a utilizar, el manejo de la ausencia de datos y la identificación de valores atípicos que sugieren la presencia de datos erróneos. A continuación, se debe realizar un análisis exploratorio de los datos para alcanzar un mayor entendimiento de las principales características del conjunto de datos que se tiene. Para esto último generalmente se emplean herramientas de visualización. Las técnicas gráficas que se utilizan en esta etapa son, entre otras, histogramas, diagramas de cajas y bigotes, y diagramas de dispersión. Las siguientes etapas son la selección del modelo, su entrenamiento y su validación. En primer lugar, se debe seleccionar el modelo más adecuado para el problema y los datos de los que se dispone. Las diferentes técnicas de predicción se dividen en tres categorías: datadriven (basadas en datos), modeldriven (basadas en un modelo físico) y un híbrido entre ambas. La primera categoría se refiere a aquellas técnicas en las que se monitoriza una serie de datos para ajustar un modelo que describa el comportamiento del sistema. En todo caso, una vez elegido el modelo adecuado, se procede al entrenamiento y la evaluación del mismo. Para ello se divide el conjunto de datos en dos subconjuntos: uno para el entrenamiento del modelo y otro para su validación. Generalmente se utiliza una proporción de tres cuartos de los datos frente a un cuarto, respectivamente. Los tres últimos procesos suelen realizarse de manera reiterativa hasta encontrar un modelo que cumpla los objetivos. Una vez obtenido este modelo, la siguiente y última fase del proceso es la visualización de los resultados, de forma que estos se presenten de manera clara para su fácil interpretación.

Visión artificial

La visión artificial está siendo impulsada de una manera espectacular por los principales laboratorios de investigación en IA a nivel mundial. Sus aplicaciones en otros ámbitos de la sociedad son numerosísimas, pudiéndose notar la importante mejora en el funcionamiento de estos sistemas en los últimos años.

La aplicación de la visión artificial en la industria no es una cuestión reciente. De hecho, se emplea en distintas funcionalidades desde finales del siglo XX. Nos encontramos, no obstante, en el momento en el que se están aplicando las nuevas técnicas y tecnologías desarrolladas para la electrónica de gran consumo a los procesos industriales, y en este proceso están apareciendo, como no podría ser de otra forma, problemas por las particularidades de los procesos industriales.

Por este motivo, desde la Cátedra de Industria Conectada hemos lanzado en el último trimestre de 2018 una línea en la que estamos trabajando en un prototipo de reconocimiento facial. Este sistema tiene aplicación en cuestiones de identificación y seguridad en empresas industriales, y además abre la puerta al desarrollo de otras funcionalidades en el futuro.