Festividad de Santo Tomás de Aquino, este año virtual
Se invistieron 32 nuevos doctores y cinco profesores propios, y se reconoció la labor de alumnos y personal
El rector durante su intervención
29 de enero de 2021
Este año, la crisis sanitaria provocada por la pandemia de la Covid-19 ha obligado a alterar la dinámica de la celebración del Día de la Comunidad Universitaria en la onomástica de Santo Tomás de Aquino. Bajo estrictas medidas de seguridad y con un aforo limitado, la Comunidad Universitaria ha podido seguir el acto vía ‘streaming’. En él se invistieron 32 nuevos doctores y cinco profesores propios; 58 alumnos recibieron premios extraordinarios, 30 miembros del personal celebraron sus 25 años de servicio o su jubilación, y se entregaron cuatro distinciones honoríficas a las mejores tesis doctorales y el premio José María Ramón San Pedro.
El acto académico estuvo precedido de una misa presidida por el Nuncio Apostólico de la Santa Sede en España, Bernardito Cleopas Auza.
En representación de los homenajeados intervino Gabino Uribarri, SJ, profesor de la Facultad de Teología, que celebra sus 25 años de servicio a la universidad. Durante su intervención, Uribarri hizo un repaso por algunos de los cambios a los que ha tenido que hacer como profesor en estas más de dos décadas.
“En estos años la revolución tecnológica ha cambiado el modo de hacer muchas cosas en el entorno universitario”, señaló. “Tenemos la suerte de que el trabajo universitario construye a los universitarios, en el dominio de una disciplina y en el crecimiento como persona cabal. Que el tempo ‘prestissim’o con ‘fuoco’ que ya se asoma a la puerta, no nos despiste de que lo esencial de nuestra vocación universitaria otros lo bordaron usando como herramienta tecnológica avanzada una caja de zapatos”, concluyó.
Listado completo de homenajeados.
Un curso cargado de “anticuerpos”
El rector de la universidad, Julio L. Martínez, SJ, comenzó su discurso agradeciendo la presencia del nuncio y haciendo alusión a la compleja situación que atraviesa el conjunto de la población. “Son tiempos recios que parece hubieran cerrado el paso a la alegría, porque nos cercan la enfermedad y la muerte de muchos, entre los cuales contamos a familiares y amigos; está omnipresente la rareza de los modos de relacionarnos y también en muchos lugares reconocemos la destrucción de tejido social y económico que va a ser difícil reconstruir”.
Pese a todo, el rector recordó que Comillas está capeando el temporal con solvencia. “Acabamos de completar satisfactoriamente el semestre con exámenes presenciales, y ya hemos arrancado con el segundo semestre, que desde luego viene cargado de incógnitas imposibles de despejar hoy, pero también cargado de anticuerpos que fortalezcan nuestros organismos para se puedan defender eficazmente contra el virus”, señaló.
Para apelar a la oportunidad que brinda esta crisis para volver a lo esencial de la vida, el rector apeló a San Ignacio de Loyola y a su conversión que, este año, celebra su quinto centenario. “En medio de todo lo que nos conmociona, tenemos una gran ocasión de dejar que este Año Ignaciano sea una llamada a hacer balance para vivir de otra manera inspirados en la experiencia personal de Ignacio. Que la crisis tremenda que nos está tocando vivir provoque una búsqueda existencial y espiritual que nos ayude a ser más humanos y a vivir reconciliados con nosotros mismos, con los demás, con la creación y con Dios”, concluyó.
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