Ángel Cordovilla, nuevo decano de las facultades de Teología y Derecho Canónico

La vicerrectora de Relaciones Institucionales, Organización y Secretaria General fue la encargada de leer el nombramiento del nuevo decano que, tras tomar la palabra, se mostró “agradecido e ilusionado” y recordó que los profesores “somos en relación”. “En primer lugar, está la relación entre profesores y alumnos, auténtico corazón y centro de nuestra tarea como universidad. Sin un número adecuado de alumnos no podremos desarrollar nuestra misión como facultad. Las tareas decisivas en el futuro se sitúan precisamente en fortalecer nuestras relaciones fundamentales que afectan a nuestro ser y a nuestra misión y que pueden ser descritas en diferentes círculos concéntricos. Unas relaciones que son siempre bidireccionales, es decir, se establecen en un continuo dar y recibir”, apuntó.

El nuevo decano también recordó que las facultades de Teología y Derecho Canónico son “parte de Comillas”. “La universidad tira de nosotros hacia la excelencia, a la vez que nos pide la responsabilidad de ofrecer nuestro trabajo teológico y canónico para ayudar a consolidar y fortalecer la Identidad y Misión de la universidad dentro de una perspectiva específicamente apostólica de la Compañía de Jesús. Y formamos parte de UNIJES, con otras Facultades de Teología como las de Granada y Deusto, lo que nos pide la responsabilidad de ofrecer nuestro trabajo teológico y canónico para ayudar a consolidar y fortalecer la Identidad y Misión de la universidad dentro de una perspectiva específicamente apostólica de la Compañía”, anotó.

Para concluir recordó que es trabajo de todos los miembros de las facultades “ser audaces y capaces de realizar una renovación de la teología teniendo en cuenta los grandes desafíos de la sociedad, especialmente en los lugares de frontera, desde una teología sinodal y contextual que responda a las necesidades del pueblo de Dios y de la sociedad, siendo capaces, por otro lado, de generar y articular un pensamiento propio”. Y añadió: “Gracias al trabajo de investigación, de transferencia y divulgación de nuestros profesores tenemos una presencia y realizamos un continuo servicio a la Iglesia de diversas maneras, que tendremos que seguir haciendo, a la vez que buscar nuevas formas de estrechar esa colaboración, incluso a nivel institucional”.

El decano saliente, por su parte, recordó la solvencia con la que las facultades se han enfrentado a alguna de los grandes retos que les ha tocado vivir. “Uno de los mayores desafíos que teníamos era el de situar a nuestra facultad como referencia en la enseñanza a distancia. Esa aventura, gracias a la cual vieron la luz tres nuevos títulos, no ha sido fácil, pero se ha superado con el esfuerzo de muchos”, rememoró. “La investigación de calidad era otro de los desafíos, un aspecto en el que hemos seguido mejorando”. Y continuó: “Hemos sido ejemplo a seguir para otras facultades y hemos creado una cultura de la comunicación que no existía hace años, una cultura que nos ha ayudado a conocernos mejor y a crear comunidad. Gracias a todos aquellos que lo han hecho posible”, concluyó.

La teología como lugar de encuentro

El vice gran canciller de la universidad mostró agradecido por el compromiso de la universidad con la excelencia y el buen trato a las personas. “Las universidades de la Compañía deben insistir en la enseñanza de la Teología. Por ello agradezco que se ponga en diálogo con otros saberes de la universidad”, apuntó. “Son varios los retos a los que se enfrentan las facultades que nos ocupan: seguir ofreciendo una educación teológica de calidad, potenciar el diálogo y la interdisciplinaridad de la teología con las demás ciencias, si no queremos que trabajen aisladas; trabajar en red con el resto de facultades de la compañía y, por último, transformar la aparente limitación de ser una cosa pequeña en una oportunidad”, destacó.

El rector de la universidad se dirigió a todos los presentes para cerrar el acto agradeciendo al decano saliente su buen talante, su mejora de la comunicación, y el cuidado del proceso intergeneracional y de acompañamiento a los profesores. Al decano entrante reconoció su disponibilidad. “Tienes por delante un tiempo para consolidar lo mucho y muy bueno que hay en las facultades”, le dijo. “Las facultades, y la universidad en general, necesita convertirse en un lugar ‘antropológico’ capaz de incorporar su identidad, vengan de donde vengan. Un lugar en el que las personas vivan en el pleno sentido de la palabra y, lejos de una mera relación contractual, puedan generar conocimiento relevante para toda la sociedad. Una universidad como la nuestra debería dar espacio para que las ideas se desarrollen sin prisa”. Para terminar señaló: “Las facultades de Derecho Canónico y Teología tiene un sentido de misión para nosotros. En el modelo educativo jesuítico, la teología es una pieza clave para la formación de personas comprometidas con la fe y el bien común, con el sentido último de la vida. Por ello, en Comillas no solo hay facultades que se dedican a las soluciones técnicas, también las que tratan misterios como la muerte, el dolor, el bien, el mal y Dios. Y todo ello, lejos del adoctrinamiento”. Por eso, recordó, “Comillas es un lugar de diálogo y de encuentro”.