Crece el número de hogares con temperatura inadecuada
Se presenta el informe de indicadores de pobreza energética en España en 2021
Los investigadores aseguraron que el 9,5% de la población no pagaron facturas energéticas en fecha y más del 14% no pudieron mantener una temperatura adecuada en sus hogares
15 de noviembre de 2022
La Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas ha presentado el último informe de indicadores de pobreza energética en el que se revela que un elevado número de hogares en España entraron en pobreza energética oculta severa. No en vano, el número de hogares con temperatura inadecuada creció hasta el 14%, y el retraso en el pago de facturas energéticas se mantuvo en casi el 10% en 2021.
Los investigadores de la cátedra aseguraron durante la presentación que 4,5 millones de personas (9,5% de la población) no pagaron facturas energéticas en fecha y 6,7 millones (14,3% de los hogares) no pudieron mantener una temperatura adecuada en sus hogares. En el primer caso, los datos se mantienen respecto a 2020, pero en el segundo aumenta casi cuatro puntos, es decir, 1,6 millones de personas más respecto a 2020 y el doble comparado con 2019. “Llama mucho la atención el mal comportamiento de este segundo índice”, aseguran los investigadores.
“Es posible que los ecos de Filomena y el frío que nos dejó durante casi dos semanas en amplias zonas del país calara en el subconsciente de muchos ciudadanos, pero es muy probable también que el indicador esté apuntando a una tendencia creciente en muchas familias a restringir la calefacción por miedo a la factura”, asegura José Carlos Romero, coordinador de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas, autor principal del informe.
Con todo, menos hogares dedicaron un porcentaje desproporcionado de sus ingresos a cubrir sus gastos energéticos, pero, en contraste, muchos más hogares entraron en el oscuro abismo de la pobreza energética oculta severa. Además, casi tres millones de hogares tienen un porcentaje de gasto en energía sobre sus ingresos netos mayor que el doble del de un ‘hogar medio’, y 2,7 millones de familias están en situación de pobreza energética, si se toma como referencia un umbral absoluto basado en una renta mínima estándar, concretamente el Salario Mínimo Interpropfesional (SMI). Estas cifras suponen una reducción media del 1,5% respecto a la situación detectada por la Cátedra en 2020.
“Parece sensato afirmar que, cuando un hogar declara que no puede mantener su vivienda en unas condiciones de confort mínimas en invierno, se encuentra en pobreza energética oculta”, aseguró Roberto Barrella, investigador de la cátedra de Comillas y coautor del informe. Por otro lado, 2021 fue, por un lado, el año del comienzo del fin de la COVID y, por otro, el año del inicio de la crisis de precios de la energía. “Esto segundo ha tenido un impacto muy significativo en nuestros hogares sobre todo a partir del otoño. Todo parece indicar que muchas familias restringieron su gasto por miedo a unas facturas que se volvieron inabordables de la noche a la mañana”, añade Barrella.
Respecto a las medidas del gobierno, los investigadores afirmaron que el gobierno reaccionó a la nueva situación de precios elevados de la energía implantando diversas medidas como la reducción del IVA, del impuesto de electricidad, o de cargos y peajes en la factura eléctrica. “En la cátedra hemos estimado el impacto de esas medidas. Si no se hubieran implementado sobre la factura eléctrica, el indicador HEP en 2021 –el que identifica a un hogar en pobreza energética oculta severa– habría alcanzado el 11,65%, un 1,3% más, lo que equivale a casi 200.000 hogares adicionales”, indica Efraim Centeno, director de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas.
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