El mundo despide al papa de la apertura, el cambio y la sinodalidad
El papa Francisco ha fallecido en Roma a los 88 años de edad, este lunes de Pascua
21 de abril de 2025
Tras una enfermedad respiratoria, que se prolongó durante semanas, el papa Francisco ha fallecido este lunes a los 88 años, según ha anunciado el cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo del Vaticano.
La Santa Sede lo ha hecho público a las 9:52 con un comunicado: “Hace poco, su eminencia, el cardenal Farrell, ha anunciado con tristeza la muerte del papa Francisco, con estas palabras: ‘Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco. A las 7:35 de esta mañana el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre. Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados. Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino”.
Francisco nombrado así en recuerdo del santo pobre entre los pobres–, jesuita, con su lema episcopal y papal miserando atque eligendo (misericordiando y eligiendo), ha dejado un legado en la Iglesia de apertura que ahora se recuerda.
La Universidad Pontificia Comillas ha convocado sendas misas de acción de gracias para rogar por su eterno descanso y para pedir por la Iglesia en este momento de transición, que se celebrarán el 22 de abril, a las 10:00 en Alberto Aguilera, y a las 13:30 h., en Cantoblanco.
Esta semana será de luto oficial en la universidad, aunque se mantiene la actividad académica prevista y no se suspenden las clases. Se desplegarán las señales luto en nuestros campus, se instalarán altares para la oración y libros de condolencias en las distintas sedes y tendremos muy presente a su santidad en todas nuestras actividades.
El pontificado de Francisco, del que se cumplieron 12 años el pasado 13 de marzo, tuvo un inicio marcado por la renuncia de su predecesor, Benedicto XVI, y continuó con una serie de medidas aperturistas. En uno de sus primeros encuentros con la prensa, Francisco soñaba con “una iglesia pobre para los pobres”, que demostró con un viaje a Lampedusa en lo más crudo de la migración hacia costas europeas.
El profesor de la Facultad de Teología Gabino Uribarri, SJ, recuerda que Francisco “emprendió un camino de anuncio del centro del evangelio, la misericordia de Dios para con todos, estén donde estén”, y también se centró “en la reforma eclesial, tanto de la curia como de maneras y tics clericales” que llevó a cabo con “un estilo y un talante personal de proximidad pastoral, propia de un párroco”.
Desde la Facultad de Teología se destaca que su programa de pontificado vino definido en Evangelii gaudium: Iglesia en salida misionera. Y se despliega de modo coherente en sus otros grandes documentos: Gaudete et exsultate; Dilexit nos; Misericordiae vultus; Misericordia et misera; Amoris laetitia); Christus vivit; Fratelli tutti, y Laudato si’.
Fue este último, en 2015, en el que Francisco formuló el concepto de ecología integral y se ocupó de manera extensa de la crisis climática que vive el planeta, nuestra “casa común”. "El documento aborda la relación entre el ser humano y el medioambiente, destacando sus implicaciones sociales, antropológicas y espirituales”, reflexiona Jesús Sánchez Camacho, director de la Unidad de Ecología Integral de la universidad. En él “Francisco critica el antropocentrismo distorsionado, proponiendo una conversión ecológica basada en la espiritualidad. Llamó a la protección del planeta, de la justicia social y la integración de la biosfera en la economía, y promovió estilos de vida sostenibles y la educación en una cultura ecológica integral". De esa manera denuncia las agresiones contra el equilibrio medioambiental de la casa común, porque, afirma, detrás de la crisis climática hay una crisis antropológica.
Pedro Fernández Castelao, vicedecano de la Facultad de Teología de Comillas, destaca el afán de Francisco por “alzar la voz por los inmigrantes ahogados en los mares; por los perseguidos en las guerras y los marginados en las ciudades; por los olvidados en las cárceles y las secuestradas en la trata; por los niños vendidos y esclavizados, y por abrir las puertas a los homosexuales, a las mujeres, a los divorciados vueltos a casar…”. Sin duda, el papa “siempre insistió en que necesitamos una cultura del encuentro, de la fraternidad y de la justicia”, continúa Castelao. Y resuenan pensamientos como que los políticos no deben alzar muros, sino construir puentes. Que no hay nada menos cristiano que, alzando la Biblia, utilizar el nombre de Dios, mientras se pisotean los derechos humanos de los que menos tienen. Que no se puede criminalizar y expulsar a todos los inmigrantes, sino acogerlos, protegerlos, promoverlos e integrarlos porque son hermanos, no enemigos.
Francisco será recordado también por convocar, en febrero de 2019, una cumbre antipederastia que reunió a toda la jerarquía episcopal en el Vaticano, tras la que publicó el motu proprio Vos estis lux mundi, una serie de reglas para erradicar cualquier caso de abusos y los encubrimientos, y donde dejó claro que es responsabilidad de todos denunciar. También dejó su apuesta por fomentar el protagonismo de los laicos y de las mujeres, dejó una nueva constitución apostólica, la cuarta gran reforma de la curia en 500 años, y trabajó en la transparencia de las finanzas vaticanas.
Con todo, el pontificado de Francisco ha tenido muchas luces, aunque, para Castelao, “los pirómanos de hoy quieren asfixiar el pontificado de Francisco con mentiras, con bulos, con sesgos interesados que todo lo confunden, en las redes y en los medios, hacia dentro y hacia fuera. Le han llamado populista, comunista, peronista y hasta hereje. Y no sólo políticos enemigos, sino también obispos y cardenales”.
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