Giuseppe Castiglione, SJ (1688-1766)

Milanés de nacimiento, ingresó con 19 años en el noviciado de la Compañía de Jesús en Génova. Su interés por ir a misiones y sus dotes pictóricas lograron que fuese escogido para viajar a China, donde se habían solicitado artistas, ya que las pinturas y los objetos artísticos entregados como presentes a señores y emperadores servían para allanar el camino al cristianismo.

Camino de Pekín, Castiglione se detuvo en Portugal, donde decoró la capilla del noviciado de Coímbra. Tras abandonarla, pasó por Goa y Macao llegando a su destino a finales de 1715. Poco después sería presentado al emperador Kangxi (1662-1722), al que agradó su estilo, incorporándole a los estudios imperiales. Allí trabajará durante más de 50 años como pintor de corte, adaptando su pintura a los temas y al gusto chino.

Castiglione gozó del favor de Yongzheng (1722-1735), sucesor de Kangxi. Sus pinturas de caballos, muy del gusto del emperador, alcanzaron importante notoriedad. Destaca su rollo Cien caballos (1728) de casi ocho metros de largo. Este reinado fue un tiempo penoso para los jesuitas. Se suprimió el cristianismo y expulsó a los misioneros que no trabajaban para la corte imperial.

El hijo de Yongzheng, el emperador Quianlong (1735- 1796), culto y amante de las artes, apreció enormemente el talento de Castiglione, encomendándole importantes encargos como los retratos de los emperadores o el diseño de los palacios europeos en los jardines del antiguo Palacio de Verano, que realizó en colaboración con Jean Denis Attiret, SJ.

A su fallecimiento recibió funerales de Estado y fue enterrado en Pekín, en el actualmente conocido como "Cementerio de Matteo Ricci, SJ".